Ser la excepción que confirme la regla, el doble sentido de las sonrisas, o el triple, o... que más da si es a tu lado. Ser la lujuria en sus primeros meses, y las tardes llenas de sorpresas y flores. Ser un ramo de rosas a mitad de camino, entre tus brazos, y mi ilusión esperandolo. Por lo cortos que puedan llegar a ser unos cincuenta y ocho días, o por lo eternos que se harán cada uno de los recuerdos. Ser el olvido de lo jamás olvidado, porque cada momento sería demasiado único para cometer ese fallo. Ser un montón de letras mal escritas, para nosotros... con más valor que sentido. Ser una vida a tu lado, y tu mano cogida a la mía, agarrándome fuerte, para que nadie pueda separarnos. Ser la oportunidad que estuviste esperando, la única verdad que a pesar de todo, te hace olvidar las mentiras. Ser tú, ser yo, ser una historia en común. Ser un nosotros infinito, alejado de todos los inconvenientes; un nosotros eterno, fuera de cualquier historia de amor fantástica, porque esta no es comparable a ninguna. Ser ni más ni menos, que el amor en sí mismo.
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